Tocar la tierra con los pies,
a veces suele ser doloroso.
Hubo un tiempo lejano,
que lo fue.
Ríos, fuentes, pozos, aguas subterráneas,
cataratas, lagos, agua...
El agua se llevó ese dolor,
purificó mi corazón.
Sin embargo, aún en mis días
actuales, -aunque cada vez mucho menos-,
contacto con esa pequeña bolsita
colgada a mi cuello.
Ese contenedor de un vacío, de una tristeza...
Y me digo a mí misma,
que no conseguiré nada idealizando
(una vida feliz, un trabajo de plenitud total, un amor sin espinas...)
Ese cuento es más de lo mismo...
Y reflexiono, -vivimos tiempos de transición,
en un mundo en evolución y por tanto en crisis.
Todas las estructuras,
se derriten como polvo y barro,
sangre y dolor.
Son tiempos difíciles,
Ser consciente es un bálsamo,
aunque sea de ese segundo que respiras,
en silencio y en soledad,
una soledad sonora,
como decía San Juan de la Cruz!
Una mirada contemplativa,
aceptando este fluir,
esta bolsita colgada a mi cuello,
con mi tristeza,
pero también con mi Alegría y Fuerza Vital.
Sí, lo mejor, es Des Idealizar...
camino de vida,
Voluntad puesta al servicio de mi Ser.
Con los pies puestos bajo Gaia,
camino, como cada día,
en esa rutina, en ese ritmo que
descubro cadencia a momentos
y me permite disfrutar, gozar de ese momento.
Visión nueva, el ritmo, la cadencia y la constancia
están dando paso a mi nueva visión, de mi vida, de mi pasado...
Estoy descubriendo nuevos lenguajes
que dan nuevas formas a un pasado que quiero comprender,
aceptar, Amar en la Compasión.
Cadencia, ritmo,
cotidianidad,
constancia
Gratitud
Des Idealizando....
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