De la última etapa de Rabindranath Tagore, estos poemas.
I
La vida que fluye por mis venas, noche y día,
Danza en ritmos maravillosos en los cielos,
circula a través de los poros de la tierra,
llevando alegría a las hojas, flores y granos.
Año tras año, vida y muerte saltan
con la marea y flujo de los océanos.
Esa vida perpetua late por mis miembros,
Dándoles majestad,
Y el latir de las Edades
Baila en mis nervios.
II
¡Oh Tristeza!
Cuando insoportable agonía fluye del corazón,
y el Guardián
cierra todas las puertas al consuelo,
Llegando del exterior...
Entonces la mente extrae sustento
De sus profundidades más íntimas,
Y las gotas de néctar fluyen como lágrimas.
Este Ananda florece en el "Yo",
que crea toda la tristeza, todo el sufrimiento.
En esa profunda oscuridad
Encuentro la inextinguible luz en mi corazón,
Y percibo que
El cielo habita para siempre dentro
A bordo del Andes, 4 de noviembre de 1924.
EL FINAL
Si has encontrado en tu corazón el Fin supremo,
y en tu vina todas las disonancias
Se funden en dulce armonía;
Si el sol poniente te llama
Cuando arrastra el día hacia el oscuro Desconocido,
Y en adoración de la Belleza
Destila sus últimos rayos;
Si la estrella de la tarde bajo la cúpula del Infinito,
Muestra cómo arde la lámpara de la Paz;
Si la noche abre su puerta de Silencio,
Y lleva suavemente a la orilla
Donde todas las voces se funden en el gran océano;
Si has inhalado el aroma del loto*,
Que flota en el lago de la Mente
Como última ofrenda, último saludo...
Entonces, termina el día, y el trabajo cesa.
(*El símbolo de la pureza. El Buda en meditación está sentado sobre un loto).
III
De pie en el umbral
donde el drama de la creación se despliega,
Veo en relámpagos súbitos
El imperio más allá de la Oscuridad,
Donde estoy inmerso
En la conciencia del Gran Ser...
Es inexpresable,
Imperceptible, Desconocido.
En este amanecer
Las voces de los Rishis acuden a mi mente:
"¡Oh Sol! Separa el velo que cubre tu luz
Y que en tu luz perfecta
Pueda ver mi auténtico yo"
El yo que al final de la jornada
Funde su respiración con el aire,
y transforma el cuerpo en polvo...
¡Que disfrazado de Verdad
No lance una sombra al sendero de la vida!
En el escenario de este mundo
con alegría, con sufrimiento,
He considerado en relámpagos súbitos
Lo infinito tras el velo de lo finito;
He comprendido
El significado de este nacimiento que reside
En esa Belleza inefable,
¡En esa canción inexpresable!
Cuando termina el drama,
Dejaré detrás
En este templo terrenal...
Mi saludo,
Mi adoración,
Cuyo mérito mortal no puedo alcanzar.
24 de enero de 1941.
Mi pequeño homenaje y agradecimiento a esta alma que a su paso por la tierra, nos dejó su música, su color, su palabra en forma poética, belleza cósmica y humana.
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Glosario:
Ananda: la alegría del éxtasis del alma.
Vina: un instrumento de cuerda clásico que se toca como un arpa.
Rishis: los sabios de la antigua India que compusieron los Upanishads.
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(Últimos Poemas de Rabindranath Tagore. Colección Visor de Poesía, 2002.Traducción de M.Antolín Rato).
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