Partiendo de que la “realidad es subjetiva”, los que creemos en la reencarnación, también creemos, por lo menos, yo sí, que nuestra verdadera identidad es el alma, que en su “viaje al autoconocimiento”, encarna las veces que necesite en el planeta Tierra, aunque posiblemente haya pasado también por otros planetas del Universo.
En la toma de un cuerpo terrestre, el alma que necesita aprender lo que necesite, escogerá diversos (atributos, con la ayuda de su guía espiritual o angel de la guarda en algunas tradiciones), un cuerpo físico determinado, raza, género, experiencias determinadas y sobretodo a aquellas almas, que en la Tierra, serán sus padres, pues como almas, también vienen a aprender.
Este punto de vista, si lo miran de afuera (fuera de la tierra, desde el cosmos), es por así decir, algo fácil, y agradecido, pues el alma, desde la inconsciencia a la consciencia por pequeña que sea y con ayuda de su guía busca su propio aprendizaje, y tiene esa libertad para escoger “aquellos”, “aquello” que mejor le dé esas cuestiones.
Ahora bien, este tema, visto desde la tierra, como ser humano que soy, con los condicionamientos sociales, familiares, ambientales, políticos, etc, que he ido recibiendo, hacen que esa “concepción” dicha anteriormente, sea difícil de “digerir”. El alma al encarnar en el planeta Tierra, toma un cuerpo físico, unas envolturas, cuerpo etérico, que van borrando esa “memoria”, de dónde procede y quién es realmente, pues el cuerpo o la identidad que irá adquiriendo es un vehículo físico, emocional, mental e incluso espiritual, que le va a servir a su propósito, pero no SOMOS, no soy esta personalidad, aunque sí que admitimos socialmente, que (soy Pepita Gómez, nacida en Colombia, etc, etc, etc…).
Para volver a “RECORDAR” y “EXPERIENCIAR”, quién eres, y “COMPRENDER” que aquellos que te han “educado”, tus padres, son almas también que “os habéis escogido” como tales para vuestros respectivos aprendizajes, en muchas de las ocasiones que vivimos actualmente, es necesaria una Terapia, un trabajo profundo de exploración, emocional, mental, de descarga de aquellos condicionamientos que nos impiden Amarnos, saber quienes somos, saber que nuestros padres, también son almas, alumnas de esta escuela que es el planeta tierra.
En estos momentos que vivimos y en las futuras generaciones, esta comprensión, se hará cada vez más extensible, y habrá niños que les dirán a sus padres qué vida anterior tuvieron, y habrá padres-almas que sabrán que sus hijos-almas se han escogido mutuamente para aprender en su propio progreso humano y espiritual, en la tierra y en su periplo más allá de la Tierra.
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