El otro día escuché y ví un personaje por T.V. hablando de la situación mundial actual. Nada he de decir de la persona a la que respeto.
Al escuchar las propuestas que daba para posibles soluciones, su forma de hacerlo me trajo recuerdos de mís días universitarios y caí en la cuenta, que esa persona padecía de una extraña enfermedad, que estuve a punto de coger yo misma en aquellos años.
Es extraña esta enfermedad por diversas razones, la 1ª porque es localizable sólo en un punto o puntos geográficos del planeta (en instituciones universitarias).
Sin embargo, no tod@s los que asisten a ellas toman esta enfermedad, la 2ª razón o curiosidad de la misma. Si bien es cierto, que por la propia indiosincrasia de la Universidad, hay quien la coge, pero sólo temporalmente.
Una 3ª razón, es que se sitúa en el hemisferio derecho del cerebro, desde donde se gobiernan los hilos de toda nuestra lógica, razón, matemática, lo concreto.
Pero no, no se preocupen que no llega a ser una epidemia y lo más extraordinario de esta enfermedad, y por tanto lo más extraño, es que los que la sufren, -les encanta!-.
Sin embargo, escuchadas las personas con esa enfermedad, no puedes más que horrorizarte y cansarte de oír a autómatas, porque en eso se convierten. Es como si hubieran dejado de ser sustanciales, sino tuvieran su propia sabiduría, la de haberla cosechado y recogido en su devenir de la vida.
Estarán impacientes por saber su nombre, pues ahí va!: Universitis.
De universidad, por supuesto.
Uds. me dirán que eso no es ningún órgano del cuerpo humano, por supuesto que no lo es, pero es que se contrae allí, en ese espacio, la enfermedad que yo llamo Universitis.
Y fijense que subrayo las dos últimas letras, para reafirmar que se trata de una INFLAMACION, que cursa (como se dice en medicina) como una hinchazón interior, precisamente, del órgano cerebro, concretamente del lado izquierdo, aunque también por contacto parte del hemisferio derecho también se inflama un poco, pero no es tan peligroso. Y su forma de manifestación o externalización es a nivel oral.
Inflamación de Universidad, hinchazon de conocimientos, debido a una excesiva glotonería no tanto por gusto, sinó por obligación, la mayoría de las veces, aunque también por gusto, claro está. Surge una imperiosas necesidad de almacenar, adquirir mercaderías :(masters, post-grados, cursos, seminarios, donde es necesario saber todo lo que han dicho: -el sr. XXXX, dice que la economía mundial...,
la doctora LLL, comenta que el paro puede solucionarse siguiendo las hipótesis del sr. YYY, según el estudio de las formas celulares, se sabe que el virus RT, etc...-,
La mayoría de universitari@s que desarrollan esta extraña enfermedad, los reconoces en sus síntomas en el momento que expresan las teorías, investigaciones, hipótesis de otr@s, quedando por tanto, en la duda, de si eso que expresan como suyo y que no lo es, forma parte de su vida, de su ser experimentandoSe en su vida.
Si forma parte, en definitiva de su propia experimentación y recogida, analisis y reflexión profunda, madura, de su propia experiencia de vida. Si es teoría de otros o su realidad pragmática y cotidiana, convertida por reflexión profunda en sabiduría propia.
Los reconoces porque al escucharlos hablar y citar estas experiencias de otros, sientes que habla un ser artificial.
Es cierto, me dirán uds. que esas referencias son fruto de análisis, reflexiones, experimentaciones, a veces, y que la persona lo cita porque tiene relación en ese asunto que trata.
Pero cuando se pide una opinión, ¿no sería más honest@, transparente y sencillo, expresar lo que un@ piensa y siente? , ¿de su propia cosecha?, aunque las cosechas puedan cambiar?, llevarnos al error en momentos?
Somos humanos y el cambio, el error, la duda, el aprendizaje forma parte de nuestra Naturaleza.
Yo también tuve esta extraña enfermedad y es cierto, que al referirte a "otr@s estudios@s, también les estás agradeciendo sus investigaciones, pero siento que es más honest@, humilde, veraz, el expresar el posicionamiento de un@, y también por supuesto más arriesgado.
El personaje de la televisión frente a las preguntas del moderador, nos dió sus propias recetas, citando a otros investigadores de la materia con sus libros de referencia, en el intento de encontrar posibles soluciones a los problemas sociales de los que se hablaba.
Pero yo escuché ruído de fondo, y sentí un ser artificial.
Pienso que tanta erudición puede barnizar el fondo y la superficie, quedando como un bonito tapíz, que con el paso del tiempo, se convierte en eso, un bonito y frío tapíz.
Este pequeño cuento, me ha permitido expresar lo que siento y pienso, frente a determinadas actitudes que tenemos en la vida. Y es sólo mi visión.
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