viernes, 15 de marzo de 2013

Si imaginara...


"Si imaginara un mundo lleno de infinitas posibilidades, imaginaría un mundo donde la telepatía fuera el vehículo de comunicación por excelencia".

Lo primero que siento cuando me digo esto, es una alegría serena, por fin! se valoraría el lugar, el espacio que ocupa el silencio. El bendito silencio, lleno, verdadero.
El silencio se valoraría como música, como un bien preciado, un valor estimable y estimado.

No, no dejaríamos de comunicarnos, eso es imposible, pero la palabra se transmitiría de cerebro a cerebro, sería como si circulara por un túnel interior y se transmitiera por unas ondas hacia el túnel interior de la otra persona y recogidas por éste.
Las palabras así vehiculadas, expresadas vía la unión de los 2 hemisferios del cerebro, viajarían a las órdenes de la glándula pituitaria, y al mismo tiempo que escucháramos por nuestros cerebros las palabras, veríamos su significado convertidas en imágenes.

Me gusta pensar, imaginar, que dejarían de existir los ruidos de los coches, bocinas, taladradoras, así como el ruido interno personal, el de nuestra mente parloteante.

¿Se han fijado que vivimos rodeados de ruido? Entramos a tomar un café en un bar, y allí está, "la caja tonta", la televisión. Podemos enterarnos de los problemas de los vecinos de tal pueblo o tal otro, de los chismorreos de los famosos...

¿Pero podemos escuchar nítidamente lo que nos quiere transmitir un amigo, mientras tomamos un café con él en ese bartelevisión?
¿Nos enteramos de lo que dice una escritora en el libro que intento leer?
¿Nos podemos escuchar a nosotros mism@s, mientras permanecemos en esa cafetería con  ventanales magníficos para poder contemplar la calle y sus gentes?

Ruido, ruido, ruido...
¿Para no enterarnos de nosotros mism@s?
¿Para no disfrutar de la mirada contemplativa de la calle y la música propia de una cafetería sin televisión?
¿Para no conocern@s?
¿Para no poder comunicarme con los otros?
Por eso me gusta imaginarme, un mundo lleno de infinitas posibilidades, donde el silencio sea la música de fondo, interior y exterior, donde ese silencio ocupe su espacio, al igual que las palabras el suyo, pero respetándose como un vals, una música de 2 tiempos.

Donde el ruido, interior, exterior, sea desechable, biodegradable, y ya no crezca como enredaderas enfermizas okupando cualquier territorio.

Muchas cosas más serían necesarias en este mundo imaginable de infinitas posibilidades. Una vida más calmada, más plena de satisfacción interior en los oficios que cada quien pudiera elegir desde la libertad, desde el amor y respeto a sí, obteniendo recursos medioambientales de una forma respetuosa y no avariciosa, lo necesario para vivir y disfrutar.
Donde la avarícia, el egoísmo, la epidemia del consumo por consumir, ya no existiera y fuera estudiada en la escuela como etapa super-prehistórica.
Donde el autoconocimiento se enseñara no sólo en las escuelas sino en la casa por Ser, el camino necesario para poder vivir y realizarse.

Donde...

en este mundo de posibilidades infinitas...

yo imagino...














2 comentarios:

  1. Gracias Laura. Somos muchos los que intentamos salir de nuestras pequeñas burbujas. Tu lo haces desde la belleza. Te siento sincera y valiente. Ha sido un placer escuchar tus músicas y leer tus textos. Espero que sea larga tu andadura

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  2. Muchas gracias, Carmen!, por tu comentario, qué hermosa correspondencia, la de la energía cuántica! Te deseo lo mismo!...

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Hasta ver lo escrito

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