Amiga mía,
eres tú mi mejor amiga.
Yo misma,
¿pues quién va a ser mi mejor amiga,
que yo misma?
Yo misma soy mi mejor amiga.
Ya basta de buscar afuera,
lo que encierra dentro mi corazón!
Ya basta de culpar a nadie, fuera de mis venas!
Ya basta de desilusionarme por
ilusiones falaces!
Ya basta de esperar a la luna nueva
que traiga cosas nuevas.
Si tu, yo misma,
no soy capaz de amistarme
conmigo misma,
¿quién lo será por mí?
Levántate pues, amiga mía
Dime que, -me quiero a mí misma-.
Mi misma soy imperfecta,
me equivoco y me equivocaré
múltiples de veces.
He caido, y vuelto a levantar.
He pasado días grises
y miedos explorados e imaginados.
He saltado al vacío innumerables veces,
pero siempre he estado allí para tí,
para mí.
Ahora con mucha consciencia
tejo mi vestido, hilo con hilo
de colores múltiples,
gris también, blanco y negro.
No dejo espacio habitable por habitar.
Si estoy cansada, me detengo y descanso,
si tengo dudas, paro mi conversación obsesiva
y me digo a mi misma repetidas veces que me quiero.
Tiendo un puente hacia mi interior,
mis ojos, como un camaleón,
giran 360º,
para aprender a habitar mi corazón.
Pues soy mi amiga
y quiero aprender desaprendiendo también
a aceptarme, cuando estoy cansada de mí misma,
´cuando no sé qué hacer,
y hacer nada es lo mejor.
Ahora quiero aprender
a relacionarme desde la no espera.
Desde tu, no me sostienes mi vacío,
no voy a pasear contigo
porque has de sostener mi aburrimiento.
Estoy en el afuera,
con el afuera
desde mi interior,
acompañándome
con un amigo o amiga
y si ámbos podemos estar
cada cuál en su balancín,
mi dicha será sinfín!
(Quiero que rime,esta última poesía, pero sé que la realidad, es más difícil de vivir, pero lo intento y vivo).
Caigo y caeré,
pero me volveré a levantar
y me gustaría, eso sí,
no hacerme tanto daño
ni dañar tanto.
Es una proposición
desde mi libertad y mi humildad.
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