martes, 7 de marzo de 2017

Hundimiento y Resurrección serena


                                      Mar de Hielo, 1824 de Caspar David Friedrich



Dice (1)Bateson,"que hemos de establecer un puente entre las realidades viejas y las nuevas y transferir contenidos de nuestra identidad anterior a la nueva que estamos componiendo".

Estoy en un momento de cambios laborales, estoy en un momento de cambio de actitudes que me han llevado o me llevan a un sufrimiento. De hecho, este momento de tránsito puedo decir también, me llevan a la mirada de este cuadro por identificación, y al cuadro de más abajo también.

Identificación porque me siento así. En mi hundimiento personal y al mismo tiempo, en una resurreción serena. Y esto me sorprende. No voy a decir, porque no es cierto que está totalmente instalada esta serenidad, hay momentos que me dejo llevar por mi inseguridad, pero tomo conciencia, y no ME permito tomar el camino de mi "sufrimiento", psíquico y físico.


"Friedrich, hace tiempo que entrastes en mi corazón, y allí se depositó una semilla. Largo tiempo, ha estado en la oscuridad, moviéndose lentamente y hace dos años, resurgistes de mi memoria. No te olvidé. Y vinistes ya a instalarte en mi consciencia, y a tí vuelvo, a tus cuadros, a tu alma que expresastes en tus cuadros".



El mar de hielo, se resquebraja, por el hundimiento del barco. Ya no me sirven ciertas actitudes 



Pero lo curioso, lo que me fascina, es mi serenidad. Mi continuum en la semana. No más apartados. Y continuidad de mis trabajos, uno remunerado económicamente, los otros remunerados espiritualmente o de valores holísticos. 

Abundancia interna y serenidad.


Y de resurrección, después del hundimiento y por lo tanto, muerte y resurgimiento de la Resurrección y lo que de ella se desprende. Pero no como una línea recta, sinó en un vaivén y es en ese vaivén, que siento "en ocasiones", esta "comunión" con todo cuánto existe a mi alrededor. Una comunión serena y crística, salvadora de mi "sufrimiento", mientras me hallaba, me hallo, en el proceso del hundimiento, de la muerte.

              Amanecer en la montaña de los gigantes de los  Riesengebirge, 1811


La Resurreción, la mía, en este proceso que vivo:

cuando en mi memoria surge este cuadro de Friedrich, es cuando toda yo, soy el cuadro y siento lo que veo...la calma serena, la comunión con todo. Cristo en mí, (no de iglesia católica o religión), sinó como una luz interior divina, que trasciende y, pero al mismo tiempo está en todo. Como se dice en unos escritos búdicos (está en todos los seres sintientes, y una piedra es un ser sintiente, el oxígeno que respiro o los neutrinos que están a mi alrededor y no los veo). 


En este momento de cambios laborales viene a mí una situación que no he escogido, se me obliga. Cualquier acción que haga será un cambio. 
También he realizado  unas actitudes no muy agradables en mí y que han conllevado a una toma de consciencia de necesidad de cambio, de aprender a  gestionar de otra forma.

Estos ires y venires me están llevando a vivir y sentirme como estos dos cuadros de Caspar David Friedrich, -partes de mi personalidad se hunden y otras resurgen y en ese proceso, a veces bebo mi sufrimiento y en otros momentos, me calmo mi sed en la resurreción interna de sentirme serena y en paz con toda mi vida-.


Caspar David Friedrich, tuvo unas experiencias en su niñez y adolescencia con la muerte de seres queridos. Estas, marcaron signos y diferencias pictóricas en sus cuadros, con respecto a otros pintores de la época (romanticismo). Y estos segura, que la pintura y el dibujo fueron herramientas terapéuticas en su vida. Su manera de "mirar-sentir", la naturaleza, era la que expresaba en sus cuadros. Su angustia y la culpa, le persiguieron, (pues son emociones que tienen esta característica), pero reitero, siento que sus dibujos y sobretodo su pintura fue, su salvación.

Las emociones son universales. No soy Friedrich, pero en sus obras, me siento identificada profundamente.

Gracias a esta alma sensible, desde mi Indeprofundis!


-------
-Fuentes:

-Wikipedia

- El Tercer Capítol, de Sara Lawrence-Lightfoot. Edit. Columna

1 comentario:

  1. Esto es una cascada de sentimientos, Laura.
    Comprendo su sentir y la unión con lo que expresan esos cuadros: con ello, también estás abrazando la pintura de tus pensamientos...

    ResponderEliminar

Hasta ver lo escrito

DAR y RECIBIR

Dar y recibir, no tengo equilibrado el tema. Doy.. pero me cuesta recibir, ¿Doy? ¿Recibo? Abrir más el corazón, To...