Me paro frente al cuadro, y por más que lo miro, no consigo entenderlo.
Pero claro, quizás era eso lo que buscaba ese pintor,
Kandinsky.
¿Qué buscaba?
Eso, que no lo entendieras por la vía mental,
sino que dejaras libre por unas horas a tu mente, que le dieras 1€ para ir a comprar unas pipas, o 9€ para ir al cine, o que marchara a dar una vuelta por ahí,
mientras tu corazón, contemplaba su cuadro.
Tu corazón, el que late, el que respira (toma aire, y luego lo suelta),
el sujeto que se deja sentir, emociones
(agradables, cálidas, reconfortantes.. o desagradables...)
Pero que sea el corazón, el paseante y observante del cuadro.
Bueno, si es así,...
sí que digo, -mi corazón- dice, que lo encuentro bello.
Me gusta su color amarillo, suave y ténue,
siento un equilibrio entre todos esos objetos
extraños, bien extraños...,
a ver, uno parece un rastrillo pero separado de su cuerpo
??¿¿¿
otro un reloj,
ahora me pongo a cantar: (reloj, no marques las horas....)
una tabla de damas?
otro de ajedrez?
un trozo de circunferencia,
y no sé qué otras cosas más!
no encuentro palabras en el diccionario!!!
Pero eso sí,
siento que todas esas cosas extrañas del cuadro
con esos colores,
está todo
"atado y bien atado",
como se dice popularmente o
como se dice desde el corazón,
equilibrado y bien equilibrado.
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