No estoy de acuerdo cuando se dice que la Edad Media, fue una etapa oscura...
La oscuridad es tan presente en la naturaleza como lo es la luminosidad y por ende en el ser humano y todo lo que toca éste. Por otro lado sabemos que la historia cuando se la relata, siempre es desde la subjetividad, y también muy manipulada por los "vencedores" de todas las época y culturas. Quizás ahora, cuando se está comprendiendo esta verdad, hay más "intención", en ser más neutral u objetivo, o investigar más allá de las fuentes dichas. Es por ello, que en esta entrada quiero hablar de "luminosidad" y sobretodo para más -inri-..., mejor dicho, qué maravilla y qué sorpresa! de "luminosidad femenina", europea y del siglo XII-XIII. Aunque no es la 1ª vez, pues ya, hablé en otra entrada, de una LUZ FEMENINA de principios de siglo XII, "Hildegarda de Bingen". Luz entre oscuridades. Y ahora paso el testigo a las beguinas...
¿Las beguinas? , ¿quiénes eran?
"Un grupo de mujeres encontró el modo de ser libres en un mundo dominado por los hombres: las beguinas. Las beguinas quisieron ser espirituales pero no religiosas, quisieron vivir entre mujeres pero no ser monjas ni canonesas, quisieron rezar y trabajar pero no en un monasterio, quisieron ser fieles a sí mismas pero sin votos, quisieron ser cristianas pero ni en la Iglesia constituída ni, tampoco, en la herejía, quisieron experimentar en su corporeidad pero sin ser ni canonizadas ni demonizadas. Para hacer viable en su mundo este deseo personal, inventaron la forma de vida beguina, una forma de vida exquisitamente política, que supo situarse más allá de la ley, no en contra de ella. Nunca pidieron papado que confirmara su manera de vivir y de convivir ni se rebelaron, tampoco contra la iglesia.”
No se rebelaron, pero parece que encontraron la rendija por donde escapar sin ser vistas…" (María-Milagros Rivera Garretas)
Las beguinas fueron un movimiento de mujeres cristianas, contemplativas y activas, que dedicaban su vida a la ayuda de los desamparados, enfermos, mujeres, niños y ancianos, y también a labores intelectuales. Organizaban la ayuda a los pobres y a los enfermos en los hospitales, o a los leprosos. Trabajaban para mantenerse y eran libres de dejar la comunidad, en cualquier momento para casarse.
¿Cómo se organizaban? No había casa-madre, como así tampoco una regla común, ni una orden general; sino que cerca de los hospitales o de las iglesias, era donde establecían sus viviendas en sencillas habitaciones donde podían orar y hacer trabajos manuales, cada comunidad o beguinaje era autónoma en sí misma, y organizaba sus propia forma de vida con el propósito de orar y servir como Cristo en su pobreza.
Ya en una carta de 1065 se menciona la existencia de este tipo de comunidad similar al beguinaje de Vilvoorde en Bélgica. Desde la región de Lieja, el movimiento se difundió desde el siglo XII rápidamente por Holanda, Alemania, Francia, Italia, España, Polonia y Austria.
Las beguinas dejaron huella muy marcada sobretodo en la literatura. Como escritoras, encontraron el obstáculo de ser laicas y mujeres, pero alegaron el mandato de la inspiración divina. En este sentido, las beguinas rivalizaron con el poder eclesiástico y patriarcal, al considerar la experiencia religiosa como una relación inmediata con Dios, que ellas podían expresar con voz propia sin tener que recurrir a la interpretación eclesiástica de la palabra divina.
Hubo 3 beguinas destacadas que dejaron su impronta mística en la literatura.
Hadewych, de Amberes: (Holanda)
La beguina mística Hadewych, nació hacia finales del siglo XII en Amberes Bravante. Su muerte se señala pasada la 1ª mitad del siglo XIII, hacia 1260. Se la conoce más por su obra escrita que por la información sobre su vida. Sus principales escritos se basaron en sus propias experiencias místicas: "Visiones", pero también se conservan escritos de carácter epistolar. Escribió en la lengua vulgar de su región, el "neerlandés medio", aunque sabía la lengua culta.
Obras en poesía y prosa. Para Hadewych, -"el amor es el principio, el centro y el final del camino místico, es el camino mismo"-.
Dominada por el amor, en su obra: "Amar el Amor",
dice:
Ya en una carta de 1065 se menciona la existencia de este tipo de comunidad similar al beguinaje de Vilvoorde en Bélgica. Desde la región de Lieja, el movimiento se difundió desde el siglo XII rápidamente por Holanda, Alemania, Francia, Italia, España, Polonia y Austria.
Las beguinas dejaron huella muy marcada sobretodo en la literatura. Como escritoras, encontraron el obstáculo de ser laicas y mujeres, pero alegaron el mandato de la inspiración divina. En este sentido, las beguinas rivalizaron con el poder eclesiástico y patriarcal, al considerar la experiencia religiosa como una relación inmediata con Dios, que ellas podían expresar con voz propia sin tener que recurrir a la interpretación eclesiástica de la palabra divina.
Hubo 3 beguinas destacadas que dejaron su impronta mística en la literatura.
Hadewych, de Amberes: (Holanda)
La beguina mística Hadewych, nació hacia finales del siglo XII en Amberes Bravante. Su muerte se señala pasada la 1ª mitad del siglo XIII, hacia 1260. Se la conoce más por su obra escrita que por la información sobre su vida. Sus principales escritos se basaron en sus propias experiencias místicas: "Visiones", pero también se conservan escritos de carácter epistolar. Escribió en la lengua vulgar de su región, el "neerlandés medio", aunque sabía la lengua culta.
Obras en poesía y prosa. Para Hadewych, -"el amor es el principio, el centro y el final del camino místico, es el camino mismo"-.
Dominada por el amor, en su obra: "Amar el Amor",
dice:
"Quién se dé por entero al Amor
experimentará gran maravilla;
con amor se unirá en la unidad
al Amor contemplado
y beberá por la arteria secreta
de esa fuente en la que Amor
derrama su amor
y con amor embriaga a sus amigos
asombrados ante su furor"...
Matilde de Madburgo: ( Alemania )
Hacia 1250, cuando todavía era laica, (y pertenecía al movimiento beguina), comenzó la escritura de un libro, fruto de su experiencia mística, al que tituló:
"Luz fluyente de la divinidad".
Titulo que fue inspirado de una de sus visiones. Escribió el libro en un período de treinta años. Extracto de la obra:
"Siempre que yo brille, tu irradiarás,
siempre que yo fluya, tu te humedecerás de mi fluir,
siempre que me ames, nos fundiremos mutuamente, y así unidos nunca nos separaremos, antes bien,
se realizará nuestro gozoso anhelo en el vínculo del amor".
Margarita de Porette: ( Francia)
Margarita Porete tenía una amplia formación religiosa y consagró su vida a Dios, a la vida contemplativa y espiritual, a hacer buenas obras, sin obedecer ninguna regla ni dogma. Enseñaba a los laicos su saber teológico, el latín clerical lo convertía en lengua vernácula (=del pueblo, regional). Tenía visiones místicas que plasmó en un libro
“El espejo de las almas simples”, donde expresaba que Dios estaba presente en la creación y en la humanidad: el Amor del Alma que se une a Dios y no tiene otra voluntad que la Suya. El lenguaje, que estaba escrito en francés antiguo y en diálogos entre el Amor, la Virtud y la Razón dan testimonio del alto nivel de educación de esta beguina.
Las copias del libro pasaban de mano en mano, traspasó fronteras geográficas y lingüistas, traduciéndose del francés al latín, al inglés y al italiano, tuvo innumerables ediciones e influyó en importantes personajes de la mística a lo largo de los siglos. La traducción de las obras del místico alemán Johannes Eckhart (1260-1328) y la divulgación de su propio libro, hicieron que la jerarquía eclesiástica lo considerara peligroso y herético y Margarita fue acusada de hereje, condenada por la Inquisición en 1310, y quemada en la hoguera, en París.
Esta condena fue algo inusual en la Edad Media, ya que hubieron muchas místicas antes que ella, que tuvieron mucha influencia: la más conocida y de la que probablemente, tomaron su ejemplo espiritual: Hildegarda de Bingen (1098-1179) sin ser beguina su obra está basada en sus visiones casi proféticas.
Extracto del "espejo de las almas de las almas simples":
"Teólogos y otros clérigos ,
no tendréis el entendimiento,
por claro que sea vuestro ingenio,
a no ser que procedáis humildemente
y que amor y fe juntas, os hagan superar la razón,
pues son ellas las damas de la casa".
Se considera que las beguinas, junto con los trovadores y Minnesänger, fundaron la lengua literaria flamenca, francesa y alemana.
Es interesante observar que todas estas mujeres, místicas y libres en su forma de vivir y no dependiente de un compañero masculino (religioso o seglar), tuvieran un espacio histórico, a pesar de la dominancia político-religiosa masculina que también tuvo su contrapeso.
Tambien cabe observar semejanzas vitales entre todas ellas, como la: -necesidad de expresar su experiencia visionaria en primera persona por medio de la escritura; la inspiración directa del Espíritu; la madurez cronológica al momento de comenzar a escribir; la decisión de renovación de un entorno eclesial corrompido; y el lenguaje de la imagen como expresión de la viva unidad de experiencia y palabra por medio del cual podían decir lo indecible.
Tambien cabe observar semejanzas vitales entre todas ellas, como la: -necesidad de expresar su experiencia visionaria en primera persona por medio de la escritura; la inspiración directa del Espíritu; la madurez cronológica al momento de comenzar a escribir; la decisión de renovación de un entorno eclesial corrompido; y el lenguaje de la imagen como expresión de la viva unidad de experiencia y palabra por medio del cual podían decir lo indecible.
Sin embargo desde la condena de Margarita Pourete, los diversos Papas y autoridades eclesiásticas a lo largo de los siglos, fueron, unos poniéndoles freno y otros quitándoselos. En el siglo XVI, la desconfianza de las beguinas, creció pues fue frecuente que se unieran a la Reforma, especialmente al anabaptismo. Y ya en el siglo XVIII se tomaron más medidas para frenarlas.
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Bibliografía:
- Wikipedia
- Cecilia Inés Avenatti de Palumbo. 2 Trabajos de (Hadewych y Matilde de Magdeburgo, para unas jornadas de Filosofía Medieval, 2009 en la Academia de Ciencia de Buenos Aires
- Cirlot, Victoria, Garí, Blanca (2008). La mirada Interior: Escritoras místicas y visionarias en la Edad Media. España: Siruela.
molt interesant
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