martes, 10 de febrero de 2015

La noche de Friedrich

Versión libre, de un cuadro de Caspar David Friedrich:

                                         Salida de la Luna sobre el mar







No siempre me encuentro así.

Contemplativa, vuelta hacia mi interior.

En una estancia,
con un silencio
sentada.
Escuchándolo.

Proyectando mi mirada hacia la salida de la luna.
No hay ningún ruido.
Todo es calma,
sólo el vaivén suave de las olas
que acompañan el ritmo lunar,
ténue,
el ritmo.

Todavía no es noche
negra noche,
pero quizás hoy no lo será.
La Luna a punto de nacer.
El sol ha dejado los últimos albores
que como abrazos se abrirán
para dejar paso a la luna.

En esa mirada atrayente,
absorbente,
estamos integrados con el cielo nocturno
pequeños espacios lunares
que se reflejan ya en la cama marítima
en el lecho ondeante suave
 que mece ese barco con su vela.

Mis ojos, mi alma, mi cuerpo,
toda yo me fundo en esa luna,
en ese espacio que el cielo se abre a ella.
Una claridad en medio de la noche,
una luz platina en medio de la oscuridad
plateada por el reflejo de ella en el mar

Contemplo en silencio,
en un profundo silencio este oceánico paisaje,
esta profunda mirada que me lleva a mi mar adentro.

Para no perderme demasiado en el exterior,
para no perderme demasiado en el caos y el ruído externo.


Contemplo con gozo. Contemplo y me dejo ahí.

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